¿Qué es la Reconciliación?
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La Reconciliación (también conocida como confesión) es un sacramento instituido por Jesucristo en Su amor y misericordia para ofrecer el perdón a los pecadores por las ofensas cometidas a Dios. Al mismo tiempo, los pecadores se reconcilian con la Iglesia porque está herida por sus pecados.
Cada vez que pecamos, nos herimos a nosotros mismos, a otras personas y a Dios. En la Reconciliación, reconocemos nuestros pecados ante Dios y Su Iglesia. Expresamos nuestro pesar de una manera especial, recibimos el perdón de Cristo y su Iglesia, reparamos lo que hemos hecho y decidimos comportarnos mejor en el futuro.
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El perdón de nuestros pecados incluye cuatro partes que son:
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El Acto de Contrición: Es un arrepentimiento sincero por haber ofendido a Dios y es el acto más importante de parte del penitente. No puede perdón de pecados si no nos arrepentimos y tenemos una firme decisión de no repetir nuestro pecado.
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La Confesión: Confrontar nuestros pecados de manera profunda a Dios hablándole —en voz alta al sacerdote.
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La Penitencia: Una parte importante de nuestra sanación es la “penitencia” que el sacerdote impone para la reparación de nuestros pecados.
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La Absolución: el sacerdote dice las palabras por las cuales “Dios, el Padre de la Misericordia” reconcilia a un pecador con Él mismo a través de los méritos de la Cruz.
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Rito de Reconciliación
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La Reconciliación puede ser cara a cara o anónima, entre usted y el sacerdote. Escoja la opción que le sea más cómoda.
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El sacerdote le da una bendición o lo saluda; puede que también comparta un pasaje de las Escrituras.
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Haga la Señal de la Cruz y diga, “Bendígame Padre, he pecado. Mi última confesión fue [semanas, meses, años].”
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Confiese todos sus pecados al sacerdote. El sacerdote lo ayudará a hacer una buena confesión. Si usted no está seguro acerca de cómo debe hacer una buena confesión o cree que es difícil hacerlo, sólo pídale al sacerdote que lo (la) ayude. Responda a las preguntas sin esconder algo por temor o vergüenza. Ponga su confianza en Dios, el Padre misericordioso que quiere perdonarlo.
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Luego que haya confesado sus pecados, diga, “Me arrepiento por estos y todos mis pecados".
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El sacerdote le asigna una penitencia y le aconseja para ayudarle a ser un mejor católico.
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Haga el Acto de Contrición, expresando su arrepentimiento por sus pecados. El sacerdote, actuando en la persona de Cristo, lo absuelve de sus pecados.
Examen de conciencia
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Recuerde sus pecados. Estando en oración, pregúntese a sí mismo lo que ha hecho con pleno conocimiento y total consentimiento en contra de Dios y los mandamientos de la Iglesia.
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¿Oro a Dios todos los días? ¿He agradecido a Dios por los regalos que me ha hecho?
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¿Puse mi fe en peligro a través de lecturas contrarias a la enseñanza católica o envolviéndome en sectas no-católicas?
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¿Participé en prácticas supersticiosas: lectura de mano o adivinación del futuro?
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¿Juré el nombre de Dios en vano? ¿Maldije o di falso testimonio?
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¿Falté a misa los domingos o días de guardar o de obligación a propósito? ¿Estoy atento(a) en la misa? ¿Guardo abstinencia en los días prescritos?
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¿Desobedecí a mis padres y a los superiores de la ley en cosas importantes?
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¿Odio o tengo disputas o deseos de venganza?
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¿Niego el perdón? ¿He sido irrespetuoso?
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¿Me embriago? ¿Consumo drogas ilícitas?
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¿He consentido, recomendado, aconsejado o tomado parte activa en un aborto?
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¿Intencionalmente, he mirado pornografía, entretenido pensamientos impuros, o participado en acciones o conversaciones impuras? ¿He usado cosas artificiales para prevenir la concepción?
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¿He sido infiel a mi esposo o esposa? ¿He tenido actividad sexual fuera del matrimonio?
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¿He robado o dañado la propiedad de otra persona? ¿He sido honesto y justo en los negocios?
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¿He respondido a las necesidades de los pobres y respetado la dignidad de los otros?
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¿He mentido? ¿He calumniado o difamado a otros? ¿He juzgado a otros duramente en asuntos serios?
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¿He envidiado a otra gente?